Star Trek #9 (Marvel Comics Group) – Sobre barcos fantasma y mentes colmena

La historia del nº 9 de la serie Star Trek de Marvel se desarrolla a partir de dos conceptos que a priori pueden resultar chocantes usados en una misma narración. Primero, el concepto clásico de barco fantasma, un navío cuya tripulación ha muerto al completo y que, sin embargo, sigue surcando el océano, navegando bajo el control de los marineros fantasmas. Segundo, un concepto más moderno, el de la mente colmena, una consciencia superior formada por la agregación de la inteligencia de múltiples individuos, actuando al unísono.

Tal y como explican Carlos Díaz Maroto y Luis Alboreca en su estupendo libro Star Trek. La última frontera (Ed. Jaguar), una de las influencias que inspiraron a Gene Roddenberry en la creación de Star Trek son las novelas de Cecil Scott Forester sobre Horatio Hornblower, una serie sobre un valeroso oficial de la Marina Real Británica ambientada entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Varias de estas novelas sirvieron de base para la película “El capitán Horatio Hornblower”, dirigida por Raoul Walsh y protagonizada por Gregory Peck, cuya actuación ayudaría a William Shatner en la construcción del personaje del capitán James T. Kirk, al que Shatner aportó un punto extra de encantadora chulería.

Así pues, Martin Pasko, el guionista de este episodio titulado “Experiment in Vengeance!”, inicia la historia con un toque de leyenda marítima, mostrándonos a la nave fantasma Endeavor, que a la manera del holandés errante navega por el espacio con toda su tripulación muerta y que, aún así, y bajo el aparente control de una entidad fantasmal, es capaz de atacar con toda su potencia a la mismísima Enterprise.

Una idea esta, la del barco fantasma, que ha servido de inspiración para infinidad de historias de misterio, incluso para un cómic del tío Gilito dibujado por el gran Carl Barks...

… pero, no nos desviemos de nuestro rumbo hacia las estrellas.

Pasko, acompañado de nuevo por Dave Cockrum a los lápices, se las apaña para dar una explicación enmarcada en la ciencia-ficción, y alejada de las leyendas marítimas. La Endeavor está bajo control de una entidad energética denominada “The Unity”, que es el resultado de una fusión de varias mentes, una mente colmena, y cuyo origen no desvelaremos para no destripar la historia al completo.

Como vemos, un curioso uso del concepto de mente colmena, una idea que se ha desarrollado en multitud de ocasiones en la ciencia-ficción del siglo XX, desde novelas como “Starship Troopers” (1959) de Robert A. Heinlein, donde la humanidad se ve enfrentada a una raza de aliens apodados “chinches” o “bichos”, dotados de una mente colmena...

… hasta cómics como “Star Slammers” (1983) de Walt Simonson, donde los guerreros llamados Slammers son capaces de comunicarse telepáticamente para coordinarse en una mente colmena, la “Unimente”, de máxima eficiencia militar...

… pasando por videojuegos como “StarCraft” (1998) de Blizzard Entertainment, una de cuyas razas, los Zerg, está regida por una entidad denominada “Supermente”...

… o películas como “La invasión de los ladrones de cuerpos” (1956) de Don Siegel, cuyo concepto de mente colmena es toda una metáfora del maccarthismo o del comunismo más recalcitrante, dos caras de una misma moneda sobre pensamiento colectivo libre de autocrítica y represor del individualismo.

Y no, no me olvido que estamos en una web sobre Star Trek. ¿Hablamos de mente colmena? Entonces estamos hablando de los Borg, la temible civilización de cíborgs, conectados entre sí a la mente colmena conocida como Colectividad Borg.

Somos los Borg. Prepárense para ser asimilados. Resistirse es inútil.”

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